Hoy nos reunimos con gran alegría y devoción para celebrar la Fiesta de María Auxiliadora, nuestra Madre y Protectora. En este día tan especial, elevamos nuestras oraciones y corazones hacia Ella, quien con su amor y ternura, guía y cuida de cada uno de nosotros.
María Auxiliadora, bajo su manto de amor, nos brinda consuelo en los momentos difíciles y fortaleza para seguir adelante en nuestro caminar diario. Su presencia maternal nos recuerda la infinita misericordia y gracia de Dios, y nos inspira a vivir con fe, esperanza y caridad.
Que esta festividad sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso de seguir su ejemplo de humildad y servicio, y que, como comunidad, podamos crecer en unidad y amor fraternal. Recordemos siempre que, bajo su amparo, no hay obstáculo que no podamos superar y no hay sueño que no podamos alcanzar.
En esta celebración, demos gracias a Dios por el don maravilloso de María Auxiliadora en nuestras vidas y pidamos su intercesión para que nos guíe y proteja siempre.