
Comunicado Plataformas Sociales Salesianas
Quebranto
El quebranto es un grito que desgarra el aire, un silencio que pesa en el pecho, una herida que no se cierra. Es el eco de lo perdido y la memoriade lo que aún resiste. Es la infancia interrumpida, la juventud sin horizonte, el éxodo que clama por justicia en medio de las ruinas.
Queremos manifestar
Un eco que no cesa
Las Plataformas Sociales Salesianas seguimos alzando la voz ante la herida abierta de Palestina, una herida que cada día es más profunda. Miles de vidas han sido destruidas y la infancia, la juventud y familias enteras siguen siendo golpeadas por la violencia, el hambre y el desarraigo.
Este dolor no es un rumor lejano: se repite en cada escuela destruida, en cada hogar vacío, en cada proyecto interrumpido. No son cifras, son sueños truncados y generaciones en riesgo.
Nuestro compromiso nos impulsa a transformar este eco en denuncia y esperanza: denuncia porque no se puede normalizar que la infancia sea la primera víctima; esperanza porque creemos que la paz y la justicia aún pueden abrir caminos nuevos.
Queremos ser eco de las voces silenciadas, puente de solidaridad y llamada urgente a la acción.
Desgarrador
En Palestina, la realidad desborda toda comprensión. Desde 2023 han muerto más de 65.000 personas, entre ellas 20.000 niñas y niños: un menor cada hora. No son cifras, son aulas vacías, familias incompletas, sueños apagados.
Más de 165.000 personas heridas arrastran amputaciones y traumas de por vida. La hambruna con?rmada en Gaza ya ha causado cientos de muertes por inanición, mientras miles de niñas y niños menores de cinco años luchan contra la desnutrición.
El éxodo se repite sin descanso: familias enteras huyen una y otra vez, sin agua, sin medicinas, sin hogar. Hospitales al borde del colapso y escuelas derruidas marcan la rutina diaria.
La infancia y la juventud cargan el peso más insoportable: vivir sin paz, sin cuidados y sin futuro.
Marco de derechos
La gravedad de lo que ocurre en Palestina ya no admite dudas. La Comisión Independiente de la ONU ha cali?cado la situación en Gaza como genocidio, reconociendo que la población civil está siendo objeto de una violencia sistemática que busca su destrucción parcial o total.
La Corte Internacional de Justicia ha dictado medidas provisionales que obligan a Israel a prevenir actos de genocidio y a garantizar la protección de la población civil. Estas medidas recuerdan a todos los Estados su deber de actuar para que el Derecho Internacional Humanitario se cumpla.
La Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de arresto contra dirigentes de Israel y de Hamás por crímenes de guerra y de lesa humanidad, subrayando que la impunidad no puede ser aceptada. La rendición de cuentas ya no es solo una exigencia ética, sino también un mandato jurídico internacional.
Las agencias de Naciones Unidas insisten en que el bloqueo de alimentos, agua y medicinas constituye una violación de derechos fundamentales, y reclamanacceso humanitario inmediato y sin restricciones.
Nos unimos a tantas voces que coinciden en exigir un alto el fuego inmediato, la apertura de los pasos fronterizos y la protección reforzada de la infancia y de la juventud, recordando que lo que está en juego son derechos humanos básicos reconocidos universalmente.
Este marco jurídico y social deja claro que no estamos ante una tragedia inevitable, sino ante una violación de derechos que puede y debe detenerse.
Voz de las Plataformas Sociales Salesianas
Desde las Plataformas Sociales Salesianas no miramos esta realidad como un hecho lejano. En cada niña, niño, joven y persona adulta palestina vemos re?ejados los rostros de quienes acompañamos a diario en nuestros proyectos y comunidades. Sabemos que detrás de cada cifra hay una historia, un sueño y una esperanza que merece ser defendida.
Por eso, seguimos alzando la voz. No lo hacemos solo como denuncia, sino como parte de un compromiso educativo y social que nos impulsa a poner siempre a la persona en el centro. Nuestro carisma nos recuerda que la no violencia activa es camino de transformación y que la educación sigue siendo la herramienta más poderosa para sembrar paz incluso en medio de la destrucción.
Defendemos que la salud, la educación y la protección no son privilegios ni favores, sino derechos universales que deben garantizarse en cualquier circunstancia. Y rea?rmamos que la paz no puede seguir siendo aplazada: es la urgencia de nuestro presente, una exigencia que interpela a gobiernos, organismos internacionales y a toda la sociedad.
Queremos ser eco de voces acalladas, altavoz de quienes resisten y sembradores de esperanza en medio del dolor.
Exigimos
Nuestra voz no es solo un gesto simbólico, es una llamada concreta a la acción. Como Plataformas Sociales Salesianas, reclamamos con ?rmeza medidas inmediatas que pongan la vida y la dignidad en el centro.
- Cese inmediato y permanente de la violencia. No se puede seguir justi?cando la muerte de civiles. Las armas deben callar para abrir paso a la paz.
- Apertura de todos los pasos fronterizos. La ayuda humanitaria debe llegar sin restricciones: alimentos, agua, medicinas y material escolar son urgencias básicas, no concesiones.
- Protección efectiva de la infancia, la juventud y de toda la población civil. Ningún niño, ninguna niña, ningún joven debería vivir bajo el miedo constante a la muerte o al hambre.
- Cumplimiento estricto del Derecho Internacional y ?n de la impunidad. Quienes cometen crímenes de guerra deben responder ante la justicia internacional.
- Compromiso ?rme de España y de la Unión Europea. No basta con declaraciones: se necesita diplomacia activa, recursos y coherencia política en defensa de la vida y los derechos humanos.
Estas exigencias no son opcionales: son condiciones mínimas para salvaguardar la dignidad humana y para abrir un horizonte de paz y justicia.
Que la esperanza hable más fuerte
El eco de lo que sucede en Palestina nos alcanza a todas las personas. No es un con?icto lejano, es una herida que sacude la conciencia mundial. Cada vida perdida, cada familia desplazada, cada niño y niña que muere de hambre o de miedo, nos recuerda que el silencio nunca puede ser opción.
Como Plataformas Sociales Salesianas, a?rmamos con claridad que no podemos normalizar la barbarie ni aceptar la resignación como respuesta. Nuestra misión educativa y social nos impulsa a estar del lado de la infancia, la juventud y de todas las personas que sufren, con el convencimiento de que cada vida tiene un valor incalculable.
Hoy más que nunca, decimos alto y claro: los derechos de la infancia, de la juventud y de toda la población civil no pueden esperar. La paz no es un horizonte lejano ni un ideal utópico: la paz es una urgencia, una responsabilidad colectiva que debe traducirse en decisiones valientes y en acciones concretas.
Nuestro compromiso es seguir escuchando la voz de las personas que han sido silenciadas, puente de solidaridad y llamada a la acción. El eco de la injusticia no puede ser el último sonido que resuene: debe transformarse en un clamor de esperanza, justicia y vida.